5 nov 2010

alegría

en mi propio humor negro.
no veo la gracia, no veo la diversión.
sólo quiero correr hacia abajo, hacia el mar.
al fin y al cabo no hay mucho a lo que aferrarse.
no hay ataduras, sólo las que nos imponemos nosotros;
y queremos desatarlas, ¿no será ya muy tarde para cambiarnos?
supongo que más allá de nosotros mismos hay un todo, algo impresionante,
no quiero dejarlo ir, no quiero. no quiero que la vida me pase, pero hoy no encuentro.

y pensar que ayer pensaba en describir mi alegría; mi alegría que era enorme.
fue el sentirme querida, que me hablaran, estaba en mi lugar: yo lo evito, pero no puedo hacerlo de otra manera, si sólo pudiese encontrar el punto medio.
mi alegría: era abrumadora, me sonreía sola. estaba él en la cúspide, por supuesto, siempre es él.
las quería tanto a ellas, supongo que eran mi amigas o lo son en este momento. sí, las quiero.
no quiero que esto se vaya, pero no sé cómo estar completa.

supongo que en este momento lo quiero demasiado, los quiero, las quiero.


déjalo morir en mis párpados, déjalo allí.

no te muevas.
- ¿cómo? ¿por qué?
- no hay porqué... quédate un tiempo.
- un tiempo...
- tú tiempo. yo gastaría un poco si fuera para tí.
- es mucho tu tiempo, es más que el mío.
- lo es... supongo que no es el destino final, pero quiero disfrutarlo, no lo dejaré pasar.

y que lo acepte, que es inevitable, que no dejaré de soñar, y que me quedan aun cinco años.

No hay comentarios.: