8 jul 2008

el proceso. fin

"entonces volvieron a repetir las mismas horribles cortesías de antes. uno de ellos alargó el brazo por encima de K., ofreciendo el cuchillo al otro, que se lo devolvió con el mismo ritual. K. pensó que debía haber aprovechado la ocasión para apoderarse del cuchillo y hundírselo en el cuerpo, pero no lo hizo. y por el contrario ofreció el cuello, todavía libre y miró a su alrededor. no podía evitarles todo el trabajo a las autoridades. la responsabilidad de ésta falta final debía achacarla al que le había quitado las últimas fuerzas que hubiera necesitado para ello. sus miradas se centraron en el último piso de la casa que lindaba con la cantera. como si repentinamente surgiese una luz, se abrieron completamente los batientes de una ventana, y un hombre muy delgado e insignificante, a esa distancia y altura, se asomó totalmente hacia afuera, con los brazos estirados hacia adelante. ¿quién podría ser? ¿un amigo? ¿un alma caritativa? ¿alguien que comprendía su desdicha? ¿intentaba ayudarle? ¿se trataba de una sola persona o eran varias? ¿todavía quedaba algo por hacer? ¿quedaban aún objeciones que no se habían presentado? seguramente existían. parece que la lógica es irrefutable; sin embargo, no es más fuerte que la ansia de vivir. ¿dónde estaba el Juez Supremo que nunca había podido ver? ¿dónde la Alta Corte a la que nunca había llegado? elevó las manos y abrió desmesuradamente los dedos. uno de los señores cogió por la garganta a K. y el otro hundió el cuchillo en el corazón, clavándoselo dos veces más. con los ojos ya velados pudo ver todavía a los dos señores que se inclinaban sobre él, con las caras muy juntas observando el fin. -¡como un perro!- se dijo, cual si la vergüenza debiera sobrevivirle."