31 ago 2009

a little brown dog

Él me llevó a lugares a los que nunca había ido. Siempre llevándome de la mano. Cuando le rogué que me mostrara su hogar, el accedió enseguida. Me mostró su cocina, su living, el pasillo; pero no llegó a las habitaciones ni al baño, porque no quería dar una impresión errónea. Me enseñó a sus dos perritos; el más pequeño era un poco blanco y el más grande era un poco café. Éste último era especialmente lindo, pues tenía su naricita rosada; me encariñé especialmente con él, hasta el fin. Cuando terminamos todo -nosotros- las cosas y las situaciones todas se volvieron pequeñas y frágiles; tanto así que podía pisarlas sin hacerme ningún daño en los pies; la cocina, el living, la casa entera la pisé. Sólo quedaron ambos perros que se fueron haciendo grandes y más grandes. Con todo el amor que les tenía, me acerqué a acariciar a mi preferido con mi diminuta mano que era la mitad de su naricita rosada, pero contra mis planes, me devoró cruelmente y alcancé a ver que el gran perrito blanco sonreía maliciosamente.

recompensa

Dios ¿tu recompenza es grande? espero que lo sea. porque me estoy esforzando. 
Lo siento. Dios, por favor no te enojes conmigo. 
Estoy haciéndolo lo mejor que puedo. lo estoy dando todo? ¿cómo puedo hacerlo? quiero entregarme por completo y dejar que la maravilla que es la vida me invada por dentro. 
Que renueve mi corazón y limpie mis pulmones opacados por los grandes vicios que son el alma de muchas cosas y de mucha gente. 
Déjame intentarlo nuevamente. dame un nueva oportunidad. ¿soy mi yo renovado mi recompensa? ¿quién dice que ser como soy y pensar como pienso es lo equivocado? no creo que haya una manera correcta o equivocada de pensar de la vida. ¿la hay?