31 mar 2011

hotel. fragmento

Estoy acostado con Christina y nuestro hijo menor está recién nacido en su cuna. Escucho como llora y me siento incluso un poco enojado porque no hay nada que me moleste más que cuando me despiertan.

Deben ser las tres o cuatro de la madrugada y ella se levanta, lo trata de consolar y yo abro los ojos unos segundos para ver como Christina está encaramada en la cuna acariciándolo con su mano derecha. El bebé ya no grita tanto, pero sigue gimiendo. Entonces ella lo estrecha entre sus brazos y se vuelve a la cama.

Mi hijo se encuentra ahora entre nosotros. Christina lo abraza aun, pero el pequeño me mira directamente a mí, se encuentra en mis ojos mientras yo me reconozco infinitamente en él. ¿Qué hacer? Amo a esta mujer por esto y por mil cosas más.

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