31 ago 2009
a little brown dog
recompensa
8 jul 2008
el proceso. fin
12 may 2008
concepto de magia blanca
Érase una vez, una princesita de belleza rara y poco apreciada, la mediana entre tres hermanas y la consentida de su padre, el Rey, ilustre caballero y uno de los más diestros con la espada. Su madre, la dama más sensata del reino, había criado a sus hijas con excelente pureza y a la vez inteligencia.
Nuestra princesita, era más bien callada y con solo doce añitos, pasaba sus tardes leyendo y conversando con su criada favorita, una señora ya de edad avanzada que le enseñaba tradiciones y modales. En una ocasión, la princesita encontró un antiguo libro en la torre más alta del palacio; el libro contenía una serie de hechizos de amor, de los que se realizan con magia blanca, la criada la aconsejó bien y la obligó a entregarle el libro por un tiempo, hasta que estuviera bien madura.
Pasaron cuatro cortos años y la princesita creció bien y hermosa, sus padres pensaban ya en casarla, pero ella se escapaba con excusa de estar esperando al príncipe ideal; el que ella ya tenía en mente. Era el caballero más destacado de su edad, bello y adorado por todos y todas, tenía ascendencia principesca y su amabilidad y gallardía no eran menos hermosas que su resplandeciente rostro. La princesita lo pretendía en secreto hace años, pero era muy tímida y su caballero era ajeno al amor. ¡Nuestra princesita sólo se sentía sola!
Paseando por el pueblo un día observó como un varón paseaba del brazo con una dama de alto linaje ¡Qué celosa se sintió!. Quería tener un brazo fuerte del que caminar abrazada; quería un príncipe al que aferrarse cuando los tiempos se pusieran fríos.
Quería sólo tener una compañía; quería sólo sentirse amada incondicionalmente.
La princesita se dirigía a la panadería más fina del reino, a la que su padre donaba siempre grades cantidades de harina y granos.
Una multitud se encontraba fuera de la panadería. La princesita era alta y miró por sobre los hombros de las personas; el panadero echaba de su panadería a un joven que ella conocía, era un amigo, así que fue en su ayuda.
- ¿Qué pasa, señor panadero? ¿Con qué razones trata de ésta forma al joven Gastón, amigo fiel del rey y de sus hijas y futuro varón del reino?
- Princesita, princesita, debe usted saber que éste joven irrespetuoso ha tratado de robarme el panpepati que esta mañana he hecho con tanto esfuerzo. Si está interesada en éste joven, lléveselo de aquí, porque me ha ofendido.
La princesita se llevó a Gastón y caminando hacia el palacio el joven le habló de sus razones:
- La reina, su madre, me ha reprendido seriamente por dejar a los caballos reales fuera de su corral ésta tarde y para reivindicarme me ha ordenado traer de la panadería el dulce más exquisito que pudiera encontrar para la cena de hoy. Sepa usted que mi padre ha fallecido y sin mi madre desde mi nacimiento, no tengo dinero, teniendo que vivir yo de la amabilidad de la mayoría de los nobles. Al verme desesperado por cumplir el mandato de la reina, traté de robar el dulce y fresco panpepati que el panadero había recién preparado, pero fui visto por él y enseguida me golpeó duramente sacándome a la calle y humillándome públicamente. A fuerza de esto me iré hoy del reino, princesita, a un reino en que la gente no me vea como a un ladrón y un sinvergüenza.
La princesita lo vio hablando con tanta sinceridad que se enamoró de él y lo obligó a quedarse alojado en una humilde casa abandonada cerca del palacio.
Alto y delgado, bello y moreno era don Gastón. En verdad similar a aquél caballero lejano que encantaba a nuestra princesita. La princesita tenía miedo de que su nuevo amor no gustara de ella así que pidió aquel viejo libro a su criada. Revisó los encantamientos que escritos estaban y enamorada, realizó el primero de la lista, para que don Gastón, huérfano y solo, se enamorara perdidamente de ella.
Don Gastón, con sólo quince años, se despertó de un sueño profundo y placentero; se había enamorado de la princesita de rara belleza que cada día le llevaba de comer a su solitario lecho. Al verla en la tarde, el tierno joven le habló de su amor.
- Princesita, princesita de mis sueños. Al despertar ésta mañana y recordar su rostro, he caído en una eterna alegría y en un sueño de amor. Sé que en mí no hay un buen partido, aunque de la nobleza yo provenga. Sé que un año menor que usted soy y sé que nunca me miró a mi cuando hablaba con sus hermanas de amor, pero también sé que si usted me amara, el Sol saldría de noche, solo para vernos enamorados e iluminar cada beso que puedan nuestros labios compartir. Eternamente mi alma usted tendría, pues hasta el día en que muera yo la amaría.
La princesita embelesada, pues nunca había escuchado palabras de amor, prometió amarlo, sin pensar en consecuencias; sin pensar que fue todo obra de la hechicería. Sus labios se unieron en un beso que pareció durar un segundo, aunque según las hadas fue eterno. Por primera vez la princesita sintió lo que es ser estrechada en un abrazo tierno y apasionado y sin siquiera darse cuenta del tiempo, se entregaron el uno a el otro.
Semanas alegres pasaron y vivieron los amantes. Los reyes no conocían ésta relación, sino que creían que su hija había encontrado, por fin, un amigo.
Un año pasó y los reyes consintieron que era hora de casar a su segunda hija. Ante la negación de la princesita, los reyes recurrieron a las hermanas para conocer sobre sus gustos.
El primer lunes del verano, se celebró un banquete con motivo del compromiso de la segunda hija del Rey.
Bien preparados sus padres presentaron novio a su hija; nada mas ni nada menos, que el ajeno caballero, ganador de tantas batallas y el mejor jinete del reino.
La princesita vivía un sueño agridulce: su amor eterno ¡Por fin! Su hermoso caballero, alto y gallardo, era suyo. Don Gastón, su amante, sentado a la izquierda de su hermana pequeña, lloraba para sus adentros; nada podía hacer contra la situación. Luego de felicitar a los novios, partió a su escondite, donde se lamentó.
- Hermosa princesa, tortuosa vida ¿Qué crimen cometí para merecer tu rencor? ¿Qué puedo imaginar peor que ver a mi amada, a mi dulce princesa, partir lejos de mis brazos? ¿Cómo podría yo olvidar a la que juré amar hasta la muerte, hasta más allá de las estrellas?. Yo, que la conozco y amo mejor que nadie; que conozco su cuerpo y su alma mejor que nadie; yo, el que moriría por ella una y mil veces. El que morirá por ella hoy, ésta noche, o cuando el tiempo lo permita...
La princesita, como paralizada, solo acataba. Tendría una vida feliz.
Esa noche,
7 abr 2008
i can't do anything except be in love with you.
I love you 'till I die."
and there's a place for us.
you know the movie song.
when you gonna realize ?
- it was just that the time was wrong.
20 mar 2008
nine in the afternoon
back to the streets where we began feeling as good as Lovers Can .. you know well, now we’re feeling so good
picking up things we shouldn’t read tt looks like the end of history as we know tt’s just the END of the WORLD!
back to the street where we began feeling as good as love .. you could .. you can
into a place, where thoughts can bloom into a room where it’s nine in the afternoon and we know that it could be.. and we know that it SHOULD. and you know that you feel it too ‘cause it’s nine in the afternoon
your eyes are the size of the moon you could ’cause you can so you do we’re feeling so good just the way that we do when it’s nine in the afternoon
your eyes are the size of the moon you could ’cause you can so you do we’re feeling so good
back to the street down to our feet losing the feeling of feeling unique do you know what I mean?
back to the place, hey where we used to say man it feels good to feel this way now I know what I mean!
back to the street, back to the place, back to the room where it all began back to the street, back to the place, back to the room where it all began ‘cause it’s nine in the afternoon
your eyes are the size of the moon you could ’cause you can so you do we’re feeling so good just the way that we do when it’s nine in the afternoon..
22 abr 2007
dead poets society

Para dar una bienvenida formal a los estudiantes, Welton ofrece una ceremonia en dónde se hace entrega de unas velas, unas velas que simbolizan el traspaso de los cuatro pilares de la academia, además de connotar una entrega de luz de esperanza e ilustración.
Posterior a la ceremonia, los jóvenes se reúnen en sus habitaciones y se presentan; los primeros son Neil Perry y Todd Anderson, los cuales presentan personalidades muy adyacentes, ya que Neil Perry posee un gran carisma, al contrario del retraído Todd Anderson, luego llega Knox Overstreety Charles Dalton.
Luego, ya en las aulas, deberían comenzar las clases de Keating, pero éste con un movimiento vanguardista pasa silbando, cruzando el salón, saliendo y diciendo que lo sigan.
Les muestra un cuadro en donde aparece la primera generación egresada de Welton, en donde todos los estudiantes deben concentrarse y escuchar, de pronto una voz de carácter lúgubre y del más allá se escucha diciendo “Carpe Diem”. Es Keating, que les explica el sentido de la vida haciendo una analogía con los alumnos antiguos, explicando que ellos no supieron aprovechar el tiempo, y ahora, desde el otro mundo ellos claman por los estudiantes nuevos, para que no pierdan lo que no podrán a volver a recuperar, “El Tiempo”.
Es aquí donde el tópico más famoso de la historia entra en acción, donde cada adolescente comienza a aprender el sentido de aprovechar el día, así logrando romper los esquemas del pensamiento formal y preso de un sistema educacional autoritario, represivo y conservador.
Posteriormente, en una clase de literatura Keating hace leer la introducción del libro de literatura que explica que es la poesía y como se debe fabricar: “Basura”, dice Keating, y les hace arrancar toda la introducción del libro (he aquí otro acto rebelde para la época, e incluso para esta), pues la concepción de poesía para Keating es mucho más simplista, la poesía no tiene estructura , la poesía no tiene normas, sólo crea y piensa en algo, dale el énfasis que necesitas y rompe esquemas.
Más tarde los jóvenes se interesan por conocer quien fue Keating, por eso consiguen su anuario y se enteran de La Sociedad de los Poetas Muertos; le preguntan qué es eso y Keating les responde que eran reuniones realizadas en la Cueva India en pro de fabricar poesía, en pro de pensar libremente y expresar sus emociones, una verborrea que fluía como la sabia de un árbol lastimado.
Tras largos intentos por reunirse, los jóvenes encabezados por Neil, una noche escapan a la cueva y comienzan un ritual, el que se ve reflejado en que la cueva está libre de los prejuicios de la sociedad y no hay nadie que pueda oprimirlos. Tal es el gusto a la libertad que declaran la guerra a los cuatro pilares de Welton, emplazándolos por los siguientes: “Travesura, Horror, Decadencia, Excremento”.
Tras la primera vez de reunirse, los jóvenes tomaron el gusto a la poesía por lo que siguieron con las juntas.
Los jóvenes, van desarrollando su libertad interna y sólo tratan de expresarla, por lo que Neil consigue el rol de protagonista en una obra de Shakespiare. Todd logra despojar su timidez por un momento en una tarea de poesía, donde esta fluyó espontánea, sin antes crearla. Knox se atrevió a declararle su amor a una joven sin importarle lo que pudiera suceder, y Charles invitó a dos chicas a la cueva, liberándose y planteando un tema…el de dejar entrar mujeres a Welton. Posteriormente se colocó un seudónimo: Nuwanda.
En una publicación de la revista escolar hay un artículo en donde sin prejuicios se hace hincapié a dejar ingresar chicas a Welton, con la firma de la sociedad de los poetas muertos, por lo que el rígido Dr. Nolan decide llamar a conferencia con los estudiantes para investigar quien fue el que quebrantó los pilares de Welton. De pronto suena un ring, contesta Charles Dalton y dice: “Señor Nolan, es para usted, es Dios, dice que debería haber chicas en Welton”.
Neil se siente triste porque su padre le dice que abandone el papel principal de la obra y este le hace caso.
Se está presentando la obra que es Sueño de una Noche de Verano de Shakespiare, la que simboliza la única oportunidad que Neil tendrá para poder cumplir su sueño, la actuación. Mas de repente aparece su padre, el que al concluir la obra se lleva a casa sin felicitar a su hijo por el excelente cometido.
En la noche en un acto ritual, luego de una discusión vocacional, Neil saca la corona que había utilizado en la obra y la coloca con mucha impotencia y tristeza en la ventana, representando así que sus sueños se iban por la borda, todo quedaba en el aire, y la única solución es matarse porque piensa quizá que no es capaz de enfrentarse a su padre y que no tiene las agallas para contrariarlo.
Tras el suicidio de Neil, los jóvenes acongojados de la SPM sienten que el padre del fallecido fue el culpable y le endosan toda esta responsabilidad a él.
Para poder culpar a Keating , antes realizan un sumario e investigación en donde se obliga a firmar a cada uno de los poetas muertos y a reconocer que Keating fue el artífice de esto. Pues Cameron estuvo de acuerdo con la dirección y también le echó la culpa a Keating.
Sin más remedio que irse, Keating recogía sus pertenencias durante una clase, para luego cruzar el salón por última vez, esta vez con el pupitre de Neil Perry vacío.
Los jóvenes, uno a uno comienzan a pararse sobre sus bancos diciendo: “OH Capitán, mi Capitán” al que Keating responde con una breve y simple frase, pero que deja caer toda la gratitud, ya que no desecharon lo que él les enseñó y hicieron del Carpe Diem una de las armas más letales contra la sociedad opresora: “Gracias muchachos, gracias”.
15 abr 2007
wine in the afternoon

So summer stains
Drinking wine
Drinking wine
When I've been drinking wine
Love drinking wine
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